En la década del sesenta, una época marcada por experimentaciones radicales y un creciente cuestionamiento
a los límites del arte, algunos artistas renovaron las tácticas
de las vanguardias con una serie de gestos de destrucción
de sus propias obras y de su significado. Este repertorio de actitudes lúdicas buscaba revitalizar el arte, tanto en los inicios de aquella década obsesionada con la modernización cultural, como en los años posteriores, cuando se impusieron gobiernos autoritarios y dictaduras. De aquella época de transformaciones surgen obras que reflexionan sobre la vulnerabilidad de los objetos, los cuerpos y los símbolos,
pero también sobre su capacidad de resistencia.
Con una fuerte presencia de la colección del Museo Moderno, en particular de los primeros años de su historia, la exposición reúne obras de algunos de los artistas más emblemáticos del período.
La ambivalencia entre el juego y la rabia caracteriza la relación
de estos grandes creadores con el objeto artístico que,
como un juguete en manos de un niño, adquiere vida propia y estalla.
Juguetes rabiosos fue concebida con la participación del artista invitado Joaquín Aras (Buenos Aires, 1985), quien hurgó en el archivo cinematográfico de los años sesenta en busca de afinidades
con los materiales y la sensibilidad de las obras expuestas. Además, en colaboración con el Área de Conservación del museo, Aras produjo una pieza que combina distintas estrategias del cine experimental para reflexionar sobre el trabajo de la restauración de obras
y los trascendentes significados de la materia y la memoria
en los patrimonios artísticos.

Texto del curador Patricio Orellana.

Artista interlocutor invitado: Joaquín Aras
Curaduría: Patricio Orellana
Diseño museográfico: Daniela Thomas, Felipe Tassara e Iván Rösler
Producción: Julieta Potenze


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